“Migrantes, misioneros de esperanza” es el Mensaje del Papa León XIV para la 111ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (JMMR).
La JMMR, que habitualmente se celebra el último domingo de septiembre, este año se celebrará el 4 y 5 de octubre con motivo del Jubileo de los Migrantes.
En su Mensaje, el Santo Padre reflexiona sobre el contexto actual “tristemente marcado por guerras, violencia, injusticias y fenómenos meteorológicos extremos, que obligan a millones de personas a abandonar su tierra natal en busca de refugio en otros lugares”.
La búsqueda de la felicidad es una de las causas de la movilidad humana, y la conexión entre migración y esperanza, que refleja bien el lema del Jubileo 2025 “Peregrinos de Esperanza”, está a menudo en el centro de muchas experiencias migratorias.
Como explica el Papa en su Mensaje, con frecuencia son precisamente los migrantes, refugiados y desplazados quienes "son testigos privilegiados de la esperanza vivida en la cotidianidad, a través de su confianza en Dios y su resistencia a las adversidades con vistas a un futuro en el que vislumbran la llegada de la felicidad y el desarrollo humano integral”.
Quien se pone en camino lleva esta fe como equipaje y la transmite a las comunidades a las que llega.
Migrantes y refugiados se convierten así en misioneros de esperanza en los países que los acogen, como dice el Papa, “llevando adelante nuevos caminos de fe allí donde el mensaje de Jesucristo aún no ha llegado o iniciando diálogos interreligiosos basados en la vida cotidiana y la búsqueda de valores comunes”.
Además, quien deja su tierra natal recuerda a la Iglesia el fin último de la peregrinación terrenal que conduce al logro de la Patria futura.
La de los migrantes y refugiados es una presencia que, como se lee en el Mensaje, que debe ser reconocida y valorada “como una verdadera bendición divina, una oportunidad para abrirse a la gracia de Dios, que da nueva energía y esperanza a su Iglesia”.