El sábado 16 de noviembre, el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny S.J., se desplazó hasta Valencia, a las zonas afectadas por la catástrofe de las inundaciones, para transmitir la oración y solidaridad del Santo Padre.
Dos días para mostrar su cercanía al pueblo valenciano, que hizo participe al cardenal de su sufrimiento y lágrimas y también de su deseo de renacer y mirar hacia adelante con esperanza.
El primer día, el Prefecto, acompañado por el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, visitó las parroquias de Ntra. Sra. del Socorro de Benetússer, la de Santa Fe de Alfafar-Parque Alcosa, la de Ntra. Sra. del Pilar, la de María Madre de Catarroja y la de Ntra. Sra. de Montserrat de Picanya y también visitó la localidad de Paiporta. Al día siguiente, de nuevo en compañía de Mons. Benavent, visitó las parroquias de Ntra. Sra. de Gracia de La Torre y la de Lloc Nou de la Corona.
El cardenal quedó impresionado por la respuesta activa de los numerosos voluntarios presentes y de la Iglesia local: “En medio de tanta destrucción, he encontrado una Iglesia viva, que está al lado de los que sufren y de los que prestan ayuda. He visto religiosas, enfundadas en botas de agua caminando en medio del barro con la ropa sucia, jóvenes sacerdotes acompañando, también espiritualmente, a los voluntarios que se aprestaron a ayudar. He encontrado una Iglesia enérgica e incansable”.
También una enorme fe, pues el Cardenal afirmó que: “La Virgen de los Desamparados estuvo constantemente presente durante la visita. Su imagen estaba en todas partes, en las calles, pero sobre todo en el corazón de la gente”.
Los momentos más duros serán quizás los meses y años venideros, en los que habrá que reconstruir lo que la furia del agua ha destruido y curar heridas demasiado profundas, pero la Iglesia seguirá ahí, todavía con las manos en el barro, siempre dispuesta a ayudar y acompañar.