El Papa propone el salario universal y la reducción de la jornada de trabajo.

Francisco ha intervenido en la segunda fase del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares y ha pedido cambios concretos para “ajustar nuestros modelos socioeconómicos para que tengan rostro humano” en base a la Doctrina Social de la Iglesia

Este sábado 16 de octubre el Papa Francisco ha intervenido en la segunda fase del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares que se ha desarrollado en formato online y que ha sido retransmitido en cinco lenguas a través de los principales canales YouTube del Vaticano.  

En su intervención de unos cuarenta minutos, el Santo Padre ha asegurado que “el cambio personal es necesario, pero es imprescindible también ajustar nuestros modelos socio económicos para que tengan rostro humano, porque tantos modelos lo han perdido”.  El Papa Francisco ha asegurado: “este sistema con su lógica implacable de la ganancia está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo. Todavía estamos a tiempo.". El Papa ha realizado once peticiones concretas:

1.       A los grandes laboratorios, que liberen las patentes. Tengan un gesto de humanidad y permitan que cada país, cada pueblo, cada ser humano tenga acceso a las vacunas. Hay países donde sólo tres, cuatro por ciento de sus habitantes fueron vacunados.

2.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los grupos financieros y organismos internacionales de crédito que permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas de su gente y condonen esas deudas tantas veces contraídas contra los intereses de esos mismos pueblos.

3.       Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones extractivas —mineras, petroleras—, forestales, inmobiliarias, agro negocios, que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, dejen de contaminar los ríos y los mares, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos.

4.       Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones alimentarias que dejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución que inflan los precios y terminan quedándose con el pan del hambriento.

5.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los fabricantes y traficantes de armas que cesen totalmente su actividad, una actividad que fomenta la violencia y la guerra, y muchas veces en el marco de juegos geopolíticos que cuestan millones de vidas y de desplazamientos.

6.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los gigantes de la tecnología que dejen de explotar la fragilidad humana, las vulnerabilidades de las personas, para obtener ganancias, sin considerar cómo aumentan los discursos de odio, el grooming, las fake news, las teorías conspirativas, la manipulación política.

7.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los gigantes de las telecomunicaciones que liberen el acceso a los contenidos educativos y el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse en contextos de cuarentena.

8.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los medios de comunicación que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio, que busquen contribuir a la fraternidad humana y a la empatía con los más vulnerados.

9.       Quiero pedirles en nombre de Dios a los países poderosos que cesen las agresiones, bloqueos, sanciones unilaterales contra cualquier país en cualquier lugar de la tierra. No al neocolonialismo. Los conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas. Ya hemos visto cómo terminan las intervenciones, invasiones y ocupaciones unilaterales; aunque se hagan bajo los más nobles motivos o ropajes. (…)

10.   A los gobiernos en general, a los políticos de todos los partidos quiero pedirles, junto a los pobres de la tierra, que representen a sus pueblos y trabajen por el bien común. Quiero pedirles el coraje de mirar a sus pueblos, mirar a los ojos de la gente, y la valentía de saber que el bien de un pueblo es mucho más que un consenso entre las partes (…)

11.   Quiero pedir también a todos los líderes religiosos que nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras ni golpes de Estado. Estemos junto a los pueblos, a los trabajadores, a los humildes y luchemos junto a ellos para que el desarrollo humano integral sea una realidad. Tendamos puentes de amor para que la voz de la periferia con sus llantos, pero también con su canto y también con su alegría, no provoque miedo sino empatía en el resto de la sociedad.

El Santo Padre ha pedido "estemos junto a los pueblos, a los trabajadores, a los humildes y luchemos junto a ellos para que el desarrollo humano integral sea una realidad" y ha ofrecido y recordaddo como pistas a seguir en ese camino los principios recogidos en el capítulo cuarto, Doctrina Social de la Iglesia y ha hecho dos propuestas concretas: el salario universal y la reducción de la jornada laboral, que ha querido sumar a las de la integración urbana, la agricultura familiar y la economía popular que ya se habían trabajado en encuentros anteriores con los Movimientos Populares

Durante el encuentro, los delegados de los Movimientos Populares presentaron al Papa Francisco el documento ¡Salvemos a la humanidad y al planeta!, síntesis de sus diálogos en este encuentro y en el que se proponen formas de acceso a los derechos a Tierra, Techo y Trabajo y sigue abierto a que personas y organizaciones sociales y populares puedan adherirse.

Además, ha tenido lugar el estreno mundial del documental titulado “La fuerza del nosotros” que refleja el compromiso de los Movimientos Populares de todo el mundo, en la lucha por Tierra, Techo y Trabajo, y en el cuidado del pueblo humilde y trabajador, durante esta pandemia mundial.

El Papa propone el salario universal y la reducción de la jornada de trabajo

16 octubre 2021