Manifiesto para una Ecología Integral:
un llamado profético de la Iglesia en Brasil

Manifiesto para una Ecología Integral: <br>un llamado profético de la Iglesia en Brasil

Como signo de comunión con el camino sinodal de la Iglesia y en preparación para la COP30, la Comisión Especial para la Ecología Integral y la Actividad Minera de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) ha publicado el “Manifiesto por una Ecología Integral”. Se trata de un documento profundamente arraigado en la espiritualidad cristiana y en la tradición profética de la Iglesia de América Latina.

A la luz de la Encíclica Laudato si’, el Manifiesto advierte también contra las falsas soluciones que reducen la ecología a una estética verde carente de justicia y denuncia la lógica de muerte presente en el extractivismo depredador, en la financiación de la naturaleza y en la llamada “transición energética”, que sacrifica los territorios más vulnerables.

Al mismo tiempo, el Manifiesto es un anuncio de esperanza. Señala caminos de vida que nacen de una fe encarnada en lo cotidiano de las comunidades: el testimonio de los mártires de la ecología, la resistencia de los pueblos originarios y tradicionales, la práctica de la agroecología, la sobriedad feliz y la espiritualidad de la interdependencia con toda la creación.

El “Manifiesto por una Ecología Integral” está disponible en español, portugués e inglés. El documento está al servicio de las comunidades eclesiales, las diócesis y los organismos que desean vivir en profundidad el llamado a cuidar de la creación, escuchando el clamor de la tierra y de los pobres, y testimoniando, con esperanza, la buena noticia del Reino.

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La contribución de la Iglesia en Brasil para la COP30

La contribución de la Iglesia en Brasil para la COP30

Durante la reunión del Consejo Permanente, celebrada en la sede de la Conferencia Nacional Episcopal de Brasil (CNBB), se presentó la identidad visual “Iglesia para la COP 30: Articulación por la ecología integral y la justicia climática”.

Esta acción se enmarca en el compromiso y el interés de la Iglesia por contribuir a los trabajos preparatorios de la Conferencia sobre el clima, que anualmente reúne a los países para acordar acciones concretas destinadas a combatir el calentamiento global. En 2025, esta conferencia se celebrará en la ciudad de Belém, situada en el norte de Brasil.

Cardenal Jaime Spengler, presidente de la CNBB, ha destacado la relevancia de una participación activa y determinante por parte de la Iglesia en la COP 30: “Si bien no puede reemplazar a los líderes políticos, la Iglesia posee la responsabilidad profética de velar por los pueblos, los biomas y los recursos naturales”.

Entre los objetivos de la iniciativa se encuentra el de reflexionar de manera conjunta sobre los retos sociales y medioambientales que enfrenta la región, así como amplificar, a través de la Iglesia, las voces de las comunidades más vulnerables y de los pueblos de la Amazonía en los debates globales sobre la crisis climática y sus implicaciones sociales.

Con el propósito de consolidar este proceso, la Iglesia está implementando una serie de Pre-COP en diferentes macrorregiones del país. Estos encuentros formativos también tienen como objetivo formar a los líderes eclesiales, promover la movilización popular y profundizar en la reflexión sobre los impactos de la crisis climática en los territorios.

Como afirma Mons. Vicente de Paula Ferreira, secretario general de la Comisión Especial de Ecología Integral y Minería de la CNBB: “El cambio climático afecta directamente a la humanidad, a los animales, a las plantas y a los recursos naturales, amenazando la vida en el planeta”. Por ello, según Mons. Vicente, la Iglesia debe comprometerse con el diálogo y la defensa de los derechos, especialmente en eventos como la COP30, para que la transición ecológica no sea sólo un ajuste económico, sino un verdadero cambio de estilo de vida basado en el respeto a la creación.

 



Un vídeo explicativo ilustra los elementos gráficos y conceptuales de la identidad visual, que simbolizan el compromiso de la Iglesia con la protección de los biomas, los pueblos indígenas y tradicionales y la lucha contra las falsas soluciones climáticas.

En el centro de la composición, la cruz simboliza la fe que une el cielo y la tierra, guiando la misión cristiana de cuidar nuestra casa común. El color amarillo se asocia con la luz y la conversión, el azul simboliza el agua como fuente de vida, el verde expresa la creación y la urgencia de conservar la biodiversidad, mientras que el marrón representa la tierra y el clamor de los pobres.

Convocada por la Presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), la iniciativa reúne a una amplia gama de instituciones católicas comprometidas con la agenda socioambiental, entre ellas la Comisión Especial para la Ecología Integral y la Minería, la Comisión para la Acción Sociotransformadora, la Comisión Especial para la Amazonia, la Conferencia de Religiosos de Brasil (CRB), la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el Movimiento Laudato Si’ y Cáritas Brasil. En total, más de 100 organizaciones participan en esta mesa.

El obispo auxiliar de Belém y organizador local del Proyecto Iglesia hacia la COP30, Mons. Paolo Andreolli, dijo que la fe impulsa a los católicos y cristianos a cuidar la Casa Común con compasión y valentía: “Es tiempo de unidad, de compromiso activo por la justicia climática y por los más vulnerables”.

26 agosto 2025